Una hoja en blanco

Cada día que paso es el comienzo perfecto del resto de mis días.
Sin querer y a la vez queriendo.
Pero al transcurrir los años se confirman tantas cosas que a veces desearía congelar el tiempo para poder estar siempre con los seres que me importan y a los que tanto quiero, porque cuando estoy lejos de ellos y lejos también de la distancia tramposa de los recuerdos y de los sueños, se acaban por confundir y entremezclar muchas sensaciones y muchos sentimientos. Por eso yo mimo tanto los recuerdos y los atesoro con sumo cuidado guardándolos en el rincón del alma al que pertenecen y donde cada ser que quiero tiene el suyo propio escrito con su nombre y en mayúsculas
(Mercedes)

Imagen - Google.

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